Menos de una hora. Ese es el tiempo que tardó el tsunami desencadenado por el terremoto de 2011 en alcanzar la costa oriental del Japón. Poco después, la primera ola del tsunami llegó a la central nuclear de Fukushima Daiichi, lo que dio lugar a un accidente que obligó a evacuar a decenas de miles de personas. Desde entonces, el Gobierno del Japón y las autoridades de la prefectura de Fukushima han desplegado grandes esfuerzos para que gran parte de la zona evacuada vuelva a ser habitable. Diez a?os después del accidente, ?cómo es la vida en las zonas afectadas de la prefectura de Fukushima?
“Los esfuerzos realizados por el Japón para limpiar la contaminación radiactiva residual han sido inmensos”, dice Miroslav Pinak, Jefe de la Sección de Seguridad y Monitorización Radiológicas del OIEA y jefe de equipo de un proyecto del OIEA para prestar apoyo a la prefectura de Fukushima en los trabajos de recuperación. “Desde 2012, el OIEA viene prestando asistencia a la prefectura en esa y otras actividades, como en la monitorización radiológica y en el análisis y la comunicación eficaz de los resultados. Ahora los ni?os juegan en los patios de las escuelas y los caminantes pueden pasear por los bosques de la prefectura de Fukushima que eran de acceso restringido después del accidente, y consideramos que esto es un éxito rotundo”.
El OIEA ha proporcionado conocimientos técnicos especializados, equipo, misiones de expertos y orientaciones acerca de las operaciones de recuperación, sobre la base de los ejemplos internacionales y las normas de seguridad del OIEA (para más información sobre las normas de seguridad, véase la página 12). Ha estado prestando apoyo a las autoridades y los científicos japoneses en tres esferas técnicas: monitorización radiológica, rehabilitación y gestión de los desechos resultantes de las actividades de descontaminación.
La monitorización radiológica es importante para hacer frente a una emergencia nuclear o radiológica. Los expertos necesitan tener la respuesta a algunas preguntas fundamentales. ?Ha habido emisión de material radiactivo? En caso afirmativo, ?qué tipo de radionucleidos se han emitido y en qué cantidades? ?Cuál es la manera más eficaz de proteger a las personas y el medio ambiente? Para responder esas preguntas durante una emergencia es preciso medir frecuentemente los niveles de radiactividad en el medio ambiente.
“Durante una emergencia, la monitorización radiológica ayuda a determinar si las medidas protectoras, como el refugio o la evacuación, están siendo aplicadas exactamente donde y cuando son necesarias”, explica Florian Baciu, Jefe interino del Centro de Respuesta a Incidentes y Emergencias del OIEA.
Se emitieron al aire cantidades significativas de isótopos radiactivos del cesio —radiocesio—, que se depositaron en los bosques, suelos y masas de agua de la prefectura. Con la ayuda del OIEA, las autoridades japonesas han establecido programas de monitorización a largo plazo para detectar la presencia de radiocesio en la tierra y el agua, además de medir la radiactividad en los animales silvestres, las setas y otros alimentos que produce el bosque.
El Sr. Pinak a?ade que, debido al decaimiento radiactivo natural, se prevé que el nivel de radiación vaya disminuyendo gradualmente. “De acuerdo con los resultados del programa de monitorización a largo plazo de los bosques, la tasa de dosis en aire total se redujo alrededor del 78 % entre 2011 y 2019. A medida que vaya pasando el tiempo, las concentraciones de radiactividad en los bosques seguirán decreciendo y los programas de monitorización reflejarán esa tendencia”.