Hay más de 220 reactores de investigación en funcionamiento que prestan servicios esenciales, como la producción de radioisótopos de uso médico, y permiten la investigación científica en la agricultura y la industria. Sin embargo, estas instalaciones están envejeciendo: la mayoría de los reactores del parque mundial de reactores de investigación lleva en funcionamiento más de 50 a?os. Los operadores y reguladores, con la ayuda del OIEA, están centrados en renovar y modernizar estos reactores para que puedan seguir proporcionando bienes y servicios y, a su vez, continúen operando de forma tecnológica y físicamente segura.
“En muchos países no hay sustitutos para estos reactores de investigación más antiguos, ni tampoco planes de instalar nuevos, —se?ala Ruben Mazzi, Jefe Técnico de Explotación y Mantenimiento de los Reactores Nucleares en el OIEA—. Ayudamos a los países a tomar medidas para mantener estos reactores en funcionamiento. Cada reactor es diferente y envejece de forma distinta. Los recursos y los servicios que ofrece el OIEA para prestar apoyo al parque mundial son importantes para la gestión del envejecimiento”.
El OIEA inició su Plan de Mejora de la Seguridad de los Reactores de Investigación en 2001, previendo el creciente envejecimiento del parque de reactores de investigación. Este plan tiene por objetivo ayudar a los países a garantizar un alto nivel de seguridad de los reactores de investigación e incluye el Código de Conducta sobre la Seguridad de los Reactores de Investigación, que ofrece orientaciones a los países sobre la formulación y la armonización de políticas y reglamentos en materia de seguridad de los reactores de investigación. Como parte del plan, los países están trabajando con el apoyo del OIEA para ejecutar programas sistemáticos de gestión del envejecimiento.
El OIEA ha desarrollado actividades complementarias para ayudar a los países a gestionar sus reactores de investigación en fase de envejecimiento. Para ello ha formulado y sigue actualizando normas de seguridad y directrices técnicas, al tiempo que presta servicios de examen por homólogos y de asesoramiento y organiza reuniones técnicas, talleres y cursos de capacitación.
El OIEA adaptó la metodología de Aspectos de Seguridad de la Explotación a Largo Plazo (SALTO) para que las centrales nucleares la aplicaran a los reactores de investigación y en 2017 finalizó la primera misión SALTO a un reactor de investigación, en el Reactor Belga 2 (BR2), en Bélgica. Las misiones SALTO evalúan los procedimientos y prácticas de las instalaciones a partir de las normas de seguridad del OIEA, y formulan recomendaciones para seguir mejorando la seguridad y la eficacia de los proyectos de modernización y renovación de esas instalaciones. “Además de afectar a los sistemas y componentes, la renovación y la modernización también se aplican a la realización de mejoras de seguridad, con el fin de adaptar la instalación del reactor a las normas de seguridad actualizadas del OIEA”, indica Amgad Shokr, Jefe de la Sección de Seguridad de los Reactores de Investigación del OIEA.
Es necesario realizar un examen periódico de las estructuras, los sistemas y los componentes de una instalación para determinar su posible degradación, a fin de evaluar los efectos del envejecimiento sobre la seguridad y la operación, o para evitar reparaciones costosas. Las entidades explotadoras llevan a cabo programas sistemáticos de mantenimiento y de ensayos periódicos para garantizar que las estructuras, los sistemas y los componentes sigan estando en condiciones de cumplir las funciones previstas y para asegurarse de que el reactor funcione dentro de los límites y las condiciones operacionales. En algunos casos, estos exámenes exigen técnicas especiales y recursos adicionales que tal vez no estén a disposición de todas las entidades explotadoras.