Uno de los principales desafíos a los que se enfrenta actualmente la industria de la clausura nuclear es atraer a jóvenes profesionales a este campo. Es necesario que una nueva generación se incorpore a la fuerza de trabajo activo por dos factores. Por un lado, existe una necesidad inmediata de aumentar la cantidad de profesionales que trabaja para clausurar el creciente número de reactores en proceso de envejecimiento que están llegando al final de su vida útil. Por otro, la industria debe prepararse para el futuro, cuando se espera que el sector de la clausura tenga un auge y haya una demanda aún mayor de profesionales de la ciencia y la ingeniería.
Se calcula que entre el 12 % y el 15 % de los reactores nucleares de potencia que actualmente están en funcionamiento se retirarán del servicio antes de 2030 y, para su clausura, será necesaria una variedad de profesionales de diversas disciplinas para garantizar que esto se lleve a cabo de forma segura y eficaz en función del costo y teniendo en cuenta su uso futuro. Al mismo tiempo, se están construyendo en todo el mundo nuevas instalaciones nucleares que también tendrán que clausurarse en algún momento.
“Los jóvenes profesionales, como yo, deseamos poner nuestras aptitudes al servicio de la ejecución de los programas de clausura y el fomento de la confianza del público en el ámbito nuclear”, indica Simona ?andalová, química nuclear de 25 a?os y beneficiaria del Programa de Becas del OIEA Marie Sk?odowska?Curie.