Las tecnologías nucleares reportan enormes beneficios a la sociedad, ya sea por medio de la producción de energía con bajas emisiones de carbono, el tratamiento del cáncer, la esterilización de los alimentos o la vigilancia de la erosión del suelo. No obstante, la aplicación de estas tecnologías exige una cuidadosa reglamentación para reducir los riesgos y prevenir la posibilidad de exposición radiológica de los trabajadores, los pacientes, el público y el medio ambiente. Y ahí es donde entran en juego las normas de seguridad.
Si bien la principal responsabilidad en cuanto a la seguridad corresponde a la persona o la organización encargada de las actividades relacionadas con la tecnología nuclear, la regulación de la seguridad compete a las autoridades nacionales, si bien el OIEA puede ayudar en esta tarea. El Organismo elabora normas de seguridad que reflejan un consenso internacional con respecto a lo que constituye un alto grado de seguridad para proteger a la población y el medio ambiente contra los efectos nocivos de la radiación ionizante.
Las normas de seguridad del OIEA comprenden todas las aplicaciones nucleares y radiológicas utilizadas con fines pacíficos, y proporcionan orientaciones y establecen requisitos en relación con los usos médicos de la radiación, la explotación de instalaciones nucleares (como las centrales nucleares), la producción, el transporte y la utilización del material radiactivo, y la gestión de los desechos radiactivos.