Más de dos tercios de los reactores de investigación en funcionamiento en todo el mundo supera ya los 30 a?os. Por este motivo, explotadores y reguladores se están centrando en renovar y modernizar los reactores para garantizar que puedan seguir funcionando de forma segura y eficiente.
“La vida de los reactores de investigación suele estar determinada por la necesidad de su uso y por su adecuación a unos requisitos de seguridad actualizados, ya que la mayoría de sus sistemas y componentes pueden reemplazarse, renovarse o modernizarse sin grandes dificultades”, explica Amgad Shokr, Jefe de la Sección de Seguridad de los Reactores de Investigación del OIEA. “Las actividades de renovación y de modernización no deberían limitarse exclusivamente a los sistemas y los componentes; los explotadores deberían revisar también los procedimientos de seguridad teniendo en cuenta las normas de seguridad del OIEA a fin de evitar la interrupción de los servicios que prestan los reactores de investigación”.
Los reactores de investigación son, desde hace más de 60 a?os, centros de innovación y desarrollo para programas de ciencia y tecnología nucleares de todo el mundo. Estos peque?os reactores nucleares generan principalmente neutrones —en lugar de energía— con fines de investigación, ense?anza y capacitación, así como para aplicaciones en ámbitos como la industria, la medicina y la agricultura (más información).
En los reactores de investigación, el envejecimiento puede ser de dos tipos: envejecimiento físico, que es el deterioro del estado físico de los sistemas y los componentes del reactor, y la obsolescencia, que se produce cuando la tecnología utilizada para las computadoras o para implementar los sistemas de instrumentación y control o los reglamentos de seguridad se quedan anticuados.
El envejecimiento de las instalaciones fue uno de los motivos de preocupación que llevó al OIEA a poner en marcha en 2001 el Plan de Mejora de la Seguridad de los Reactores de Investigación, que tiene por objetivo ayudar a los países a garantizar un alto nivel de seguridad de los reactores de investigación. El plan incluye el Código de Conducta sobre la Seguridad de los Reactores de Investigación, que ofrece orientaciones a los países sobre la formulación y la armonización de políticas, leyes y reglamentos en materia de seguridad de los reactores de investigación.
Como parte de este plan, los países trabajan con el OIEA para implementar programas de gestión del envejecimiento sistemáticos que, entre otras cosas, utilicen buenas prácticas para reducir al mínimo el empeoramiento del desempe?o de sistemas y componentes, monitorizar y evaluar de forma continuada el desempe?o del reactor y aplicar mejoras de seguridad prácticas. Estos programas de gestión del envejecimiento pueden también beneficiarse de los programas operativos en otros ámbitos, como el mantenimiento, los ensayos periódicos, las inspecciones y los exámenes periódicos de la seguridad.
“Si bien el número de reactores de investigación en funcionamiento está descendiendo, su edad media va en aumento”, afirma Ram Sharma, ingeniero nuclear que trabaja en cuestiones de funcionamiento y mantenimiento de los reactores de investigación en el OIEA. “Así, es sumamente importante establecer, implementar y mejorar de forma continua planes de gestión, renovación y modernización para garantizar un funcionamiento y una utilización rentables que nos permitan sacar el máximo partido a los reactores de investigación existentes”. El apoyo que presta el OIEA, por ejemplo las misiones de examen por homólogos, puede desempe?ar un papel clave para lograr ese objetivo (más información sobre los servicios de examen por homólogos relacionados con los reactores de investigación).