Una entidad con el mandato de responder
A lo largo del cuarto de siglo transcurrido entre los accidentes de Chornóbil y Fukushima Daiichi, el OIEA fue desarrollando estos ‘reflejos’, que incluyen procedimientos, infraestructura, redes y conocimiento técnico, en el terreno de la preparación y respuesta para casos de emergencia (PRCE). Durante este período, el OIEA fue ampliando progresivamente su capacidad de respuesta. Seis a?os antes de que el terremoto de Tohoku sacudiera el Japón, se inauguró el IEC, cuyo mandato es responder a las emergencias nucleares y radiológicas, ya sean el resultado de un desastre natural, un fallo de seguridad o una acción premeditada.
“El IEC se creó para hacer frente a emergencias relacionadas con la seguridad tecnológica o la seguridad física, incluidos sucesos extremos, y ofrecer una respuesta eficaz, por intensa que sea la presión del momento”, se?ala Elena Buglova, Jefa del IEC entre 2011 y 2020 y la encargada de coordinar a la sazón la respuesta del IEC.
Rafael Martin?i?, un experto en PRCE con 20 a?os de carrera en el OIEA, sirvió en la zona de operaciones del IEC durante las 1300 horas, una verdadera maratón, que duró la respuesta al accidente de Fukushima Daiichi. “La lección principal sobre PRCE que extraje de esa respuesta es que hay que insistir una y otra vez en el principio de que todos los países deben compartir, entre sí y con el OIEA, la información relacionada con sus propias medidas protectoras y otras medidas de respuesta”, recuerda el Sr. Martin?i?.
El intercambio de información facilita una respuesta sistemáticamente eficaz y permite a los Gobiernos ofrecer a las partes interesadas “una explicación clara y comprensible de los criterios técnicos en los que se basan las decisiones adoptadas respecto de las medidas protectoras y otras medidas de respuesta, lo que es crucial para mejorar la comprensión y la aceptación públicas a escala nacional e internacional”, indica el Sr. Martin?i?.
Los ejercicios a gran escala, como el ejercicio de las Convenciones de nivel 3 (ConvEx-3) —la simulación internacional más grande y de mayor duración del mundo—, permiten examinar la capacidad de los países para compartir información sobre sus medidas protectoras durante una emergencia. “Cada ejercicio muestra claramente cuánto hemos avanzado en el último decenio y cuánto nos queda por recorrer para aprender esta lección esencial”, declara el Sr. Martin?i?.