Un supercombustible para temperaturas superiores a las del Sol
Las opciones de combustible para la fusión son limitadas. En la Tierra, el combustible de máximo rendimiento posible está formado por una mezcla de iones de deuterio y tritio: dos formas más pesadas de hidrógeno. Cuando estas colisionan a temperaturas extremas, se fusionan y generan partículas cargadas compuestas por dos protones y dos neutrones (denominadas partículas alfa), así como neutrones libres. Mientras que los neutrones escapan del campo magnético y no interactúan con el plasma, las partículas alfa quedan confinadas por el campo magnético y calientan aún más el plasma circundante. “Para aprovechar la energía de fusión es fundamental controlar ese calentamiento”, dice Matthew Hole, Profesor de la Universidad Nacional de Australia.
Una energía de fusión segura y sostenible se basa en estas partículas alfa cargadas y en su energía para mantener el plasma a una temperatura constante, lo que, a su vez, permite que las reacciones sean autosuficientes. Lograr esto es esencial para el funcionamiento de un reactor de fusión.
En la década de 1990 los reactores experimentales de fusión producían hasta 16 megavatios (MW) de energía durante algo menos de un segundo. En esos experimentos, las partículas alfa suministraban solo un 10 %, aproximadamente, del calor abastecido de manera externa. Comprender qué ocurre cuando las partículas alfa proporcionan una parte mayor del calor es una cuestión que se explorará por medio de iniciativas como el ITER: un experimento internacional a escala de reactor que se está construyendo en Francia.
“El ITER nos brindará la oportunidad de estudiar los ‘plasmas en condiciones de quemado’, en los que al menos el 66 % del calentamiento total provendrá de las partículas alfa de la fusión. Si se dan estas condiciones, el ITER producirá 500 MW de energía de fusión durante un máximo de 500 segundos”, declara Alberto Loarte, Jefe de la División de Ciencias de la Organización ITER. Según afirma, los experimentos de su organización proporcionarán respuestas muy necesarias a preguntas clave dentro de la física del plasma en condiciones de quemado, por ejemplo: cómo crear un plasma que se autosostenga a partir del calentamiento interno proveniente de sus partículas alfa, y cómo encontrar unas condiciones de funcionamiento óptimas para un alto rendimiento de fusión que sean compatibles con la capacidad de la pared del reactor de soportar la energía.