Durante la larga estación seca del sur de Angola, el agua escasea. Los peque?os propietarios, que constituyen el 80 % de los ganaderos de la región, se ven obligados a desplazar frecuentemente sus reba?os, atravesando grandes distancias, para encontrar pasturas de las que estos puedan alimentarse. Mantienen un sistema de cría y producción ganaderas extensivo que depende en gran medida del pastoreo en praderas naturales, que se encuentran en riesgo debido a las variaciones meteorológicas y al cambio climático.
Este a?o, las provincias meridionales del país enfrentan el quinto a?o consecutivo de una sequía que está causando la muerte del ganado, diezmando los cultivos y afectando a unos 1,6 millones de personas. La sequía y las condiciones climáticas en deterioro, que la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja describió como las más perjudiciales de los últimos 40 a?os, son catastróficas para las pasturas y la producción ganadera de los peque?os productores, y afectan a los medios de subsistencia de los ganaderos y la seguridad alimentaria del país.
“Para ayudar a Angola y a los peque?os productores a adaptarse a todas estas variaciones y cambios meteorológicos y climáticos, necesitamos soluciones más inteligentes”, afirma Joaquim Ipanga Nganza, del Instituto de Investigación Veterinaria de Angola. El Sr. Nganza colabora con el OIEA y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en un proyecto de cooperación técnica del OIEA de dos a?os de duración destinado a crear un sistema de gestión de pasturas climáticamente inteligente mediante el uso de tecnologías nucleares y afines.