La detección de anomalías en el funcionamiento de los sistemas informáticos que controlan funciones críticas de seguridad tecnológica y de seguridad física requiere amplios conocimientos especializados, y las medidas necesarias deben probarse, analizarse y ajustarse para que sean eficaces.
“La detección de anomalías desempe?a un papel importante en la evaluación temprana de posibles amenazas contra los sistemas computarizados de instalaciones nucleares y radiológicas ―afirma Scott Purvis, Jefe de la Sección de Gestión de la Información de la División de Seguridad Física Nuclear del OIEA―. Las técnicas de detección de anomalías suelen utilizan aplicaciones de la inteligencia artificial, como el aprendizaje automático, métodos basados en la estadística o los conocimientos y demás tecnologías”. Estas tecnologías se utilizan para detectar desviaciones de las comunicaciones de red previstas o mediciones de procesos que pueden ser el primer indicio de que un intruso saltó las defensas de un sistema informático, y pueden detectar ciberataques en tiempo real.
Además, son importantes porque un agente con fines dolosos altamente capacitado puede introducir programas maliciosos que pongan en riesgo las funciones de seguridad tecnológica o de seguridad física de un sistema digital a la vez que falsifica los datos de sensores y los indicadores que se envían a un operador. Esto significa que el operador puede no saber que se está produciendo una actividad dolosa y, en un principio, reaccionará teniendo en consideración lo que se muestra en la sala de control, por lo que posiblemente tomaría una medida incorrecta. Solo mediante la detección automatizada de las más mínimas anomalías en un ciberataque de este tipo podría informarse correctamente a un operador.
Para abordar esta importante esfera de trabajo y otros desafíos relacionados con la seguridad informática, el OIEA puso en marcha un proyecto coordinado de investigación (PCI) específico en 2016.