Centros de color para la detección cuántica
El diamante, en su forma más pura, es una retícula de átomos de carbono que tiene más de 500 defectos documentados que emiten luz. Uno de ellos es el centro de color nitrógeno-vacante (NV), el cual se produce cuando se quita un átomo de carbono para crear una vacante y un átomo de nitrógeno reemplaza un átomo de carbono adyacente. “Los centros de color NV pueden producirse naturalmente y se distribuyen aleatoriamente. Con los aceleradores, podemos crear artificialmente este defecto mediante implantación iónica en partes específicas dentro de los cristales de diamante a escala nanométrica”, dice el Sr. Bettiol. Entre los defectos conocidos del diamante, el centro NV puede insertarse en cristales de diamante a escala nanométrica, puede controlarse a temperatura ambiente y es biocompatible, es decir, no es perjudicial ni tóxico para los sistemas de vida.
Los centros NV de diamante tienen la capacidad de detectar campos magnéticos por medio de una técnica llamada resonancia magnética detectada ópticamente, u ODMR. La capacidad para obtener imágenes de campos magnéticos tiene implicaciones tanto en la biología como en la ciencia de los materiales. “Es una manera óptica de ver emisiones de luz y detectar campos magnéticos diminutos que se producen en procesos biológicos”, explica el Sr. Bettiol. “Esta técnica de biodetección cuántica podría aplicarse para visualizar o medir procesos que operan a nivel celular y tienen un campo magnético muy peque?o, como los campos magnéticos que se producen cuando se activan neuronas en nuestros cerebros”.
La investigación actual del Sr. Bettiol aplica la técnica ODMR para detectar la malaria. “Los glóbulos rojos infectados con malaria tienen partículas magnéticas diminutas que pueden detectarse con ODMR —indica—. Todo lo que produzca un campo electromagnético podría detectarse con este método”.
El próximo proyecto del OIEA investigará más a fondo la detección cuántica mediante ODMR, al igual que la caracterización y la optimización de los dispositivos de detección. Además, este proyecto, que reunirá a investigadores que tienen en común el interés por la biodetección, surge a partir de un proyecto anterior de mayor alcance que tenía como objetivo mejorar los instrumentos de haces de iones basados en aceleradores. “El OIEA es un buen vehículo para la colaboración y ha creado una comunidad para que los expertos intercambien información y aprendan unos de otros”, se?ala el Sr. Bettiol.