Ampliar la energía nucleoeléctrica hasta el nivel necesario para lograr unas emisiones netas cero es una empresa importante y polifacética, y aunque muchos tipos de reactores pueden contribuir a ello, los reactores grandes están llamados a marcar el camino. Los reactores refrigerados por agua de grandes dimensiones fueron fundamentales para el auge de la industria nuclear en el siglo XX, y los reactores avanzados que actualmente se encuentran en fase de planificación o en construcción, muchos de los cuales oscilan entre 1 y 1,7 gigavatios (eléctricos) (GW(e)), están preparados para proporcionar la mayor parte de la nueva capacidad nuclear.
“En el caso de los países que ya operan centrales nucleares, los reactores de agua ligera de gran tama?o, en lugar de los reactores modulares peque?os (SMR), impulsarán el aumento de la capacidad nuclear —se?ala Aline des Cloizeaux, Directora de la División de Energía Nucleoeléctrica del OIEA—. Los reactores grandes son una tecnología consolidada que puede proporcionar económicamente energía de carga base en gran cantidad y de forma fiable, pero esperamos que los países y las industrias aprovechen también las posibilidades que ofrecen los SMR”.
Es preciso ampliar la energía nucleoeléctrica para alcanzar los objetivos de emisiones netas cero: ese fue el llamamiento que el Director General del OIEA, Rafael Mariano Grossi, hizo el pasado diciembre en el 28o período de sesiones de la Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28), en una declaración respaldada por decenas de países. La inclusión de la energía nucleoeléctrica en el balance mundial por primera vez en los casi 30 a?os de historia de la Conferencia reafirmó esa posición.
Conforme a la hipótesis alta, el OIEA proyecta que la capacidad de energía nuclear se duplicará con creces de aquí a 2050, pasando de 371 GW(e) en 2022 a 890 GW(e) para 2050, y solo alrededor del 10 % de este incremento provendrá del despliegue de SMR. Para alcanzar esto habría que a?adir al menos 20 GW(e) al a?o. “La proyección alta es ambiciosa pero técnicamente viable”, afirma Henri Paillere, Jefe de la Sección de Estudios Económicos y Planificación del OIEA.
Los reactores más peque?os, como los SMR y los microrreactores, pueden ser especialmente adecuados para suministrar electricidad a usuarios finales del sector industrial y comunidades remotas con redes eléctricas de menor envergadura, así como para alimentar aplicaciones no eléctricas como la producción de hidrógeno y la desalación de agua de mar. No obstante, será necesaria la demostración de los SMR antes de su despliegue generalizado, y los reactores de mayor tama?o seguirán dominando el panorama de la energía nucleoeléctrica en los próximos a?os.
Casi todos los reactores nucleares que se encuentran actualmente en construcción, que suman 58, son reactores grandes, y los planes de ampliación de los países que explotan la energía nucleoeléctrica y los países en fase de incorporación giran principalmente en torno a reactores de 1 GW o más de capacidad, aunque muchos de estos países también están considerando la posibilidad de desplegar SMR a la larga. Polonia, país en fase de incorporación que pretende incorporar la energía nuclear a mediados de la década de 2030, tiene previsto desplegar entre 6 y 9 GW(e) de capacidad de generación con reactores nucleares de potencia de grandes dimensiones. China, que actualmente explota 55 reactores, prevé multiplicar por ocho su capacidad nucleoeléctrica hasta alcanzar unos 400 GW para 2060, principalmente mediante el despliegue de reactores grandes.