Los inspectores de salvaguardias nucleares viajan por todo el mundo, con frecuencia a lugares como centrales nucleares, minas de uranio, plantas de fabricación de combustible nuclear, instalaciones de enriquecimiento, reactores de investigación y emplazamientos de desechos nucleares. Viajan, a veces con un breve aviso previo, a instalaciones nucleares y otros lugares para verificar sobre el terreno el material y la tecnología nucleares de un país. “Nuestra labor es muy clara: verificar que el material nuclear se utilice con fines pacíficos”, dice Helly Diaz Marcano, Inspectora de Salvaguardias Nucleares del OIEA.
El OIEA es la única organización encargada de verificar el uso pacífico del material y la tecnología nucleares en todo el mundo y cumple ese mandato mediante la aplicación de sus salvaguardias. Se trata de una serie de medidas técnicas que permiten verificar que los Estados cumplen sus obligaciones internacionales en materia de no proliferación.
En 2021, unos 280 inspectores del OIEA pasaron en total más de 14 600 días sobre el terreno, en viajes que suelen implicar una importante logística. Los inspectores siguen procesos y procedimientos estrictos, pero también deben adaptarse a situaciones inesperadas.
Los miembros del grupo —normalmente compuesto por entre dos y diez inspectores, según el tipo de instalación— aprovechan las habilidades y capacidades de los demás e intercambian los conocimientos y experiencias de los que ya han visitado la instalación.
A continuación se ofrece una visión de lo que puede vivir un inspector del OIEA durante un día de trabajo sobre el terreno.