El primer paso para conocer la historia que hay detrás de un cuadro suele ser identificar al artista y determinar cuándo se pintó. Y a decir verdad, hay pinturas supuestamente valiosas que cuentan una historia de enga?o delictuoso. La falsificación de obras de arte puede ser lucrativa y pasar inadvertida, pero hay técnicas analíticas, como la datación por radiocarbono basada en la espectrometría de masas con aceleradores (AMS), que permiten detectar las imitaciones.
“Las técnicas analíticas nucleares son un poderosísimo medio para determinar la composición, el origen, la autenticidad y la antigüedad de muestras u objetos y, por ello, guardan relación directa con la criminalística —dice la Sra. Aliz Simon, Física Nuclear del OIEA—. En este contexto, las técnicas nucleares pueden ser instrumentos eficaces para diversos propósitos, como investigar falsificaciones de arte, detectar tanto el comercio ilícito como alimentos falsificados y medicamentos de calidad inferior a la norma, y analizar pruebas indiciarias (por ejemplo, fragmentos de vidrio del lugar donde se ha cometido un delito)”.
La criminalística es la aplicación de métodos científicos o conocimientos especializados para examinar pruebas que sirvan de apoyo en la investigación de delitos. Abarca diversas disciplinas que van desde los análisis de ADN y huellas dactilares hasta los análisis de vidrio y los relativos a la composición. En la esfera de la criminalística se utilizan aceleradores para analizar la composición, la estructura, la antigüedad y otras propiedades de un material. “Los rayos X, los neutrones y los iones presentan ventajas con respecto a métodos convencionales —afirma la Sra. Simon—. Permiten analizar una partícula entre millones y determinar su origen con gran exactitud, sin alterar las pruebas”.